El proceso de duelo que vive y del cual es el único protagonista el paciente renal dentro de este andar por su enfermedad, hace evidente una serie de cambios psicoemocionales de los cuales la personalidad y los mecanismos de defensa propios del individuo, le permitirán sobrellevar este proceso patológico.
Como bien lo mencionaba Freud, en su texto Duelo y
Melancolía “El duelo le impone al aparato psíquico una exigencia de trabajo,
que por tanto, debe ser realizado, imposible de eludir sino a riesgo de pagar
un costo enorme, este es el de enfermar.
Este trabajo - entre otras cosas- demandará un tiempo que será a su vez:
cronológico, subjetivo y lógico. Esta tarea es a la vez social-cultural, del
sujeto y su entorno”
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