Sin duda la importancia del personal de enfermería en el
acompañamiento del paciente con una enfermedad crónica, más aun en su estado de
mayor gravedad, hace comprometer la calidad humana de la cual es atribuible el
hombre.
No hay que olvidar, que el paciente renal, que viene
viviendo un proceso largo y desgastante en el que no es nada fácil no solo
observar, sino vivir los cambios anatómicos y por ende de su personalidad y
autoestima.
Hace necesario la
proporción de un trato digno, de calidad y con calidez, que solamente una
adecuada preparación psicológica permitirá lograr un avance en la aceptación y
afrontamiento de la enfermedad.
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